jueves, 24 de julio de 2008

PRIMERA VELADA. Desnuda, casi desnuda; y los árboles cotillas a la ventana arrimaban, pícaros, su fronda pícara. Asentada en mi sillón, desnuda, juntó las manos. Y en el suelo, trepidaban, de gusto, sus pies, tan parvos. –Vi cómo, color de cera, un rayo con luz de fronda
revolaba por su risa y su pecho –en la flor, mosca , –Besé sus finos tobillos. Y estalló en risa, tan suave, risa hermosa de cristal. desgranada en claros trinos... Bajo el camisón, sus pies –¡Basta, basta!» –se escondieron. –¡La risa, falso castigo del primer atrevimiento! Trémulos, pobres, sus ojos mis labios besaron, suaves: –Echó, cursi, su cabeza hacia atrás: «Mejor, si cabe...! Caballero, dos palabras...»» –Se tragó lo que faltaba con un beso que le hizo reírse... ¡qué a gusto estaba! –Desnuda, casi desnuda; y los árboles cotillas a la ventana asomaban, pícaros, su fronda pícara.
Versión de Andrés Holguín

Eres el horror de la noche; te amo como se agoniza; eres frágil como la muerte; te amo como se

delira; sabes que mi cabeza muere; eres la inmensidad del temor. eres bella como matar; el corazón desmesurado me asfixio; tu vientre desnudo como la noche; mi locura y mi miedo; tienen grandes ojos muertos; la fijeza de la fiebre. lo que mira en esos ojos; es la nada del universo; mis ojos son ciegos cielos; en mi impenetrable noche; está gritando lo imposible; todo se desploma; véndame los ojos; amo la noche; mi corazón es negro; empújame hacia la noche; todo es falso; sufro; el mundo siente la muerte; los pájaros vuelan los ojos desorbitados; eres sombría como un cielo negro [Georges Bataille (1897-1962)]


Inerte. Lacónico estadío de momentos muertos. Pasan. No los siento. Tampoco mi cuerpo. Caótico ensamble de órganos y pensamientos. Catatónica. Todo ausente de movimiento. Cómo pesa el viento y las telarañas muertas. Inerte. Sigo esperando... por una vida que logre penetrar en este espacio enclaustrado, y me devuelva la mía. Si se llama vida a lo que de ella carece. Recuerdo. Casi siento el sabor de la sangre. Algo flota en el aire. Empiezo a percibir muy suavemente el olor a ser viviente. Reanimada. Conciencia enajenada. [Sabine]

EL BAILE DE LOS AHORCADOS
En la horca negra bailan, amable manco, bailan los paladines, los descarnados danzarines del diablo; danzan que danzan sin fin los esqueletos de Saladín. ¡Monseñor Belzebú tira de la corbata
de sus títeres negros, que al cielo gesticulan, y al darles en la frente un buen zapatillazo les obliga a bailar ritmos de Villancico! Sorprendidos, los títeres, juntan sus brazos gráciles: como un órgano negro, los pechos horadados , que antaño damiselas gentiles abrazaban, se rozan y entrechocan, en espantoso amor. ¡Hurra!, alegres danzantes que perdisteis la panza , trenzad vuestras abriolas pues el tablao es amplio, ¡Que no sepan, por Dios, si es danza o es batalla! ¡Furioso, Belzebú rasga sus violines! ¡Rudos talones; nunca su sandalia se gasta! Todos se han despojado de su sayo de piel: lo que queda no asusta y se ve sin escándalo. En sus cráneos, la nieve ha puesto un blanco gorro. El cuervo es la cimera de estas cabezas rotas; cuelga un jirón de carne de su flaca barbilla:
parecen, cuando giran en sombrías refriegas, rígidos paladines, con bardas de cartón. ¡Hurra!, ¡que el cierzo azuza en el vals de los huesos! ¡y la horca negra muge cual órgano de hierro!
y responden los lobos desde bosques morados: rojo, en el horizonte, el cielo es un infierno...
¡Zarandéame a estos fúnebres capitanes que desgranan, ladinos, con largos dedos rotos, un rosario de amor por sus pálidas vértebras: ¡difuntos, que no estamos aquí en un monasterio! .
Y de pronto, en el centro de esta danza macabra brinca hacia el cielo rojo, loco, un gran esqueleto,
llevado por el ímpetu, cual corcel se encabrita y, al sentir en el cuello la cuerda tiesa aún,
crispa sus cortos dedos contra un fémur que cruje con gritos que recuerdan atroces carcajadas,
y, como un saltimbanqui se agita en su caseta, vuelve a iniciar su baile al son de la osamenta.
En la horca negra bailan, amable manco, bailan los paladines, los descarnados danzarines del diablo; danzan que danzan sin fin los esqueletos de Saladín.


Guitarra negra

Como hare para tomarte en mis adentros guitarra, Como hare para que sientas mi torpe amor, mis ganas de sonarte entera y mia, como se toca tu carne de aire tu oloroso tacto, tu corazon sin hambre , tu silencio en el puente, tu cuerda quinta, tu bordon macho y oscuro, tus parientes cantores, tus tres almas, conversadoras como ninias,
Tocala guitarra negra tocala, tocala
Como se puede amarte dolor sin , sin apuro, sin testigos, sin manos que te ofendan, como traspasarte mis hombres y mujeres bien queridos guitarra, mis amores ajenos, mi certeza de amarte como pocos, como entregarte todos esos nombres y esa sangre, sin inundar tu corazon de sombras , de temblores y muerte, de cenizas, de soledad y rabia, de silencio, de lagrimas idiotas
Hoy andubo la muerte buscando entre mis libros alguna cosa, hoy por la tarde andubo, entre papeles, averiguando como he sido, como ha sido mi vida, cuanto tiempo perdi, como escribia cuando habia verduleros que venian de las quintas, cuando tenia dos novias, un lindo jopo, dos pares de zapatos, cuando no habia television, ese mundo a los pies violento, imbecil, abrumador, esa novela canallesca escrita por un loco, Hoy andubo la muerte entre mis libros, buscando mi pasado, buscando los veranos del 40, los muchachitos bajo la manguera, las siestas clandestinas, los platanos del barrio, asesinados, tallados en el alma, Hoy andubo la muerte revisando mi abono del tranvia, mis amigos, sus nombres, las noches del cafe montevideo, las encomiendas por la onda con olor a estofado, revisando a mi padre a su berreta, a su baldomir, revisando a mi madre, su hemiplejia, al uruguay batllista, a aripides querido, a mis anarcos queridos, bajo bandera bajo mortaja, bajo vinos y versos interminables, Hoy andubo la muerte revisando los ruidos del telefono, distintos bajo los dedos indices, las fotos, el termometro, los muertos y los vivos

los palidos fantasmas que me habitan, sus pies y manos multiples, sus ojos y sus dientes
bajo sospecha de subversion, y no hayo nada, no pudo hayar a batlle ni a mi padre ni a mi madre
ni a marx ni a aripides ni a lenin ni al principe croposky , ni al uruguay ni a nadie, ni a los muertos fernandes mas recientes, a mi tampoco me encontro, yo habia tomado un omnibus al cerro
e iba sentado al lado de la vida, pase frente al nocturno y la vida habia pintado unos carteles
pregunte en una esquina por la hora y en la bolsa del hombre, que me dijo la hora iba la vida junto con su almuerzo, hoy dejare las puertas y las ventanas de mi casa abiertas, y la noche entrara por todas las ventanas de mi casa, por todas las ventanas de todo el barrio, por todas las ventanas de todos los cuarteles y de todas las carceles, por todas las ventanas de los hospitales
la noche entrara cabeceando, saltara para adentro, sombra a sombra, a la luz del farol y se echara en el piso, como un perro, y aguardara hasta la madrugada, hoy dejare las puertas y las ventanas de mi casa abiertas, para siempre, Mi corazon esta mejor sitiado que mi casa, mi casa mas cercada que mi barrio,
Tocala guitarra negra tocala, tocala
Mi barrio, cercado por mi pueblo, en mi barrio vive el presidente, cercado por un muro casi derrumbado, Temblando, con el frontal partido por el marron, por el marronero, cae sobre sus costillas, pesada como un mundo la res, cae con estrepito, de bruces sobre el cemento
balando al descuajarse su osamenta ya solo un pobre costillar enorme, ya solo un pobre cuero y sangre, media tonelada de huesos astillados, hincados en toda esa vida temblorosa y atonita
ahi se va alzando como un pesado pindajo, atrapada por la pata por un gancho que le salta arriba
que la alza por un ojal abierto en el garron de un cuchillazo, en plena estupidez sentimental
en plena media tonelada de monstruoso dolor, incomprensible, absurdo, balando planhidera y tonta, como un escarabajo que no piensa, mientras medita lentamente porque duele tanto
por que duele que parte de quien que es ella misma, la res, abierta al descuartizamiento atroz por todas partes, que nunca habian dolido y que eran tantas partes, tan extensas, y que pastando nunca habian dolido, haciendo leche, esperma, musculo, crin y cuero y cornamenta viva
que eran la vida misma manando hacia sus adentros, vibrando tiernamente como un sol calido hacia sus adentros, y nunca habian dolido. Ya esta colgada, las patas delanteras se enderezan se endurecen y avanzan hacia adelante y hacia arriba implorantes y fatalmente rigidas rematadas en cortas pezunias que hace un rato amasaban el barro del corral el estiercol de otros cien balidos, dinosaurios del siglo de las maquinas nacidos para morir de un marronazo

Ahora ya es carne azul colgada de la heladera
Uruguay for export
Aquella res que murio de un marronazo cayo y temblo' todo el frigorifico, aquella otra res que recibio el marronazo en plena frente, de dos dedos de espesor , mientras entraba al tubo desconfiando porque ayi no habia pasto, alcanzo a comprender que habia otra res delante balando, que ya se la llebaba el gancho, y cayo detras tambien, y el cemento temblo bajo esos huesos, aquella otra res que esquivo el marronazo y cayo tambien, con un ojo reventado y una guampa partida desecha, tambien cayo y temblo la tierra, temblo el marron, temblo el marronero, la res, murio temblando, de dolor y de miedo, de un marronazo en plena frente
for export del uruguay
Tocala guitarra negra tocala, tocala

(Alfredo Zitarrosa)

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